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miércoles, 31 de julio de 2013

¿Por que secar el aire Comprimido?

Los problemas están en el
aire, nunca mejor dicho:
Cuando el aire se enfría, como
sucede después de la
compresión, el vapor de agua
se condensa. Un compresor
de 30 kW con un caudal de
5 m3/min a 7,5 bar produce
unos 20 litros de condensado
por turno de trabajo en condiciones
normales. Este condensado
debe eliminarse del
sistema para prevenir averías
y daños. El secado del
aire comprimido es por lo
tanto una parte muy importante
del tratamiento. En este
capítulo encontrará información
sobre cómo lograr un
secado económico del aire
comprimido.

1. Un ejemplo práctico

Si un compresor de tornillo refrigerado
por fluido aspira 10 m³ de aire de la
atmósfera por minuto a una temperatura
de 20 °C y con una humedad relativa
del 60 %, ese aire contendrá aprox.
100 g de vapor de agua. Si el aire se
comprime con una relación 1:10 a una
presión absoluta de 10 bar, obtendremos
un metro cúbico de servicio. Sin embargo,
a una temperatura de 80 °C después
de la compresión, el aire puede absorber
hasta 290 g de agua por metro cúbico.
Como tan sólo hay aprox. 100 g, el aire
tendrá una humedad relativa del 35 %
más o menos, o sea, bastante seco, por
lo que no podrá formarse condensado.


El refrigerador final del compresor reduce
la temperatura del aire comprimido
de 80 a 30 °C aproximadamente. A esa
temperatura, un metro cúbico de aire no
puede retener más de 30 g de agua, por
lo que los 70 g restantes se condensan
y pueden separarse. En una jornada de
trabajo de 8 horas se pueden formar
unos 35 l de condensado.
Otros 6 litros diarios se separan en el
secador refrigerativo conectado a continuación.
En estos secadores, el aire comprimido 
se enfría primero a +3 °C y luego se 
recalienta hasta alcanzar la temperatura 
ambiente. Esto significa un déficit de 
humedad de un 20% aprox. y, en consecuencia, 
un aire comprimido de mejor calidad, más seco. 
Fuente: kaeser.com

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